El primer día de clase estoy nerviosa. Como los actores antes de empezar la función. La verdad es que mucho de teatro sí que tiene lo de ser profe, ya me lo habían avisado. Entro en el aula y los veo a todos tan bien sentados, tan calladitos, tan repeinaícos, como dice una compañera, que sólo me pregunto cuánto durará la paz. Porque se acaba. A mí siempre se me acaba. Llego y les suelto el rollo de los criterios de evaluación y de calificación (zzzzzz), que luego nunca recuerdan a pesar de apuntarlos. Y al día siguiente empieza lo bueno...
Me gustan las actividades de introducción, así que a veces les hago esta pregunta:
¿Cómo es un buen matemático?
Con bueno me refiero a uno que mole. Uno de verdad y que haga las cosas como Dios manda. Se lo piensan dos segundos y empiezan a hablar todos a la vez, claro está. Y entonces montamos un mapa conceptual en la pizarra. Soy fan de los mapas conceptuales, lo reconozco. No sé si los hago muy bien, pero soy fan. A mi modo. Freestyle.
A lo largo de los años, he ido seleccionando lo que para mí son características de un buen matemático. A veces los chavales dicen otras que no se me habían ocurrido y las añado. Otras veces tengo que lanzar preguntas al aire para que aparezca alguna de las cualidades que más me gustan. Es trampa, lo sé. Viviré con ello.
Así que aquí os dejo el enlace con mi mapa. Como siempre: si algo no os cuadra, no estáis de acuerdo o no os gusta, o si os gusta y me lo queréis decir, ¡comentad! Me encanta comentar :)
¡Un abrazo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario